La cistitis es una de las enfermedades más frecuentemente diagnosticadas en el campo de la urología. Esta es la enfermedad urológica número 1 que casi todas las mujeres enfrentan al menos una vez en su vida. Es una patología inflamatoria de la vejiga, que se produce debido a la entrada de microflora patógena en la vejiga. Como resultado, las bacterias se multiplican dentro de la vejiga, lo que provoca una serie de síntomas característicos. En casos raros, la enfermedad aparece debido a efectos alérgicos o tóxicos.
¡Importante!
La información de este artículo no debe utilizarse para el autodiagnóstico o el autotratamiento. Para el correcto diagnóstico y tratamiento, siempre debe consultar a un médico.
Con mayor frecuencia, la cistitis ocurre en mujeres, que se asocia con características estructurales del sistema urinario. Según las estadísticas, cada año se detectan más de 30 millones de casos de la enfermedad en nuestro país. Además, más de la mitad de las visitas anuales al urólogo están asociadas a inflamación de la vejiga en forma aguda o crónica.
El tratamiento de la cistitis tiene como objetivo eliminar los síntomas existentes y normalizar el funcionamiento de todo el sistema genitourinario. En el artículo hablaremos sobre las principales causas de la patología, los signos de su desarrollo, las características de la terapia y la prevención.
tipos de cistitis
Según las características del desarrollo y el curso, se distinguen varios tipos de la enfermedad. Según la patogenia (es decir, el mecanismo de desarrollo), se distingue la cistitis del siguiente tipo:
- Primaria (sin complicaciones). Ocurre como una patología independiente separada, por regla general, ocurre en pacientes relativamente sanos que no tienen trastornos del flujo urinario.
- Secundario (complicado). Puede ser el resultado de una violación del flujo de orina en varias enfermedades concomitantes: por ejemplo, urolitiasis o formaciones tumorales en los órganos pélvicos.
Dependiendo de la etiología (causas del desarrollo), se pueden distinguir los siguientes tipos de cistitis:
- Infeccioso. Se convierte en el resultado de la acción bacteriana en los tejidos del órgano.
- Tóxico. Ocurre como resultado de los efectos adversos de las toxinas, las drogas, así como también debido a la radiación o la quimioterapia.
- Alérgico. Se convierte en una consecuencia de la exposición a diversos alérgenos.
Se realiza una clasificación separada de la enfermedad teniendo en cuenta los cambios morfológicos:
- cistitis catarral. Se caracteriza por daño a las capas superiores de la mucosa de la vejiga. Con él, se produce hinchazón e hiperemia (un estado de mayor llenado de sangre del órgano).
- Hemorrágico. Conduce a la inflamación de los vasos, lo que provoca la penetración de sangre en la orina.
- fibroso ulcerativo. Se caracteriza por la propagación del proceso inflamatorio a los tejidos musculares del órgano.
- Gangrenoso. Asociado con el desarrollo de cambios necróticos en las paredes de la vejiga.
- intersticial. El proceso inflamatorio se extiende a la mucosa del órgano, la submucosa y la capa muscular.
Una forma separada de cistitis a menudo se denomina variedad poscoital ("cistitis de luna de miel"). Esta variante de la enfermedad ocurre después de la desfloración. Esto se debe a la penetración del moco vaginal en la uretra.
Además, según las etapas del curso, se distinguen la cistitis aguda y crónica (recurrente). La forma aguda se caracteriza por un curso sin complicaciones y tiene síntomas vívidos. Si la enfermedad se ha vuelto crónica, los síntomas característicos del paciente aparecen solo durante los períodos de exacerbación.
¡Importante!
La información de este artículo no debe utilizarse para el autodiagnóstico o el autotratamiento. Para el correcto diagnóstico y tratamiento, siempre debe consultar a un médico.
Síntomas de la enfermedad
Los signos de cistitis pueden ser muy diversos y, a menudo, dependen de la forma de la patología. Si hablamos del cuadro sintomático general, lo más común es lo siguiente:
- Urgencias frecuentes de orinar (normalmente el número de micciones durante el día es de unas 6-10 veces).
- Malestar en la zona de la vejiga, sensación de plenitud.
- Dolor en el bajo vientre.
- Ardor y corte al orinar.
- Cambio del color de la orina, presencia de impurezas (sangre o mucosidad).
También hay síntomas generales de intoxicación. Una mujer puede experimentar escalofríos, debilidad, fatiga, fiebre, sudoración intensa. En casos graves, debido al daño de la capa muscular de la vejiga, se produce incontinencia urinaria.
La cistitis puede convertirse en una manifestación de cualquier enfermedad urológica, por lo que el cuadro clínico depende en gran medida de la naturaleza de la patología subyacente. Además, los síntomas de la enfermedad pueden incluir signos de enfermedades inflamatorias de los órganos del sistema reproductivo. Desafortunadamente, en las mujeres, esta combinación es extremadamente común.
Causas de la cistitis
La patología es una de las polietiológicas (es decir, multicausal), por lo que varios factores contribuyen a su desarrollo. La principal causa de la aparición es la entrada en la vejiga de diversos microorganismos. En casi el 90% de los casos, se trata de E. coli, que vive en el recto y se encuentra cerca de los órganos urinarios. Además, el proceso inflamatorio es causado por otras bacterias y microorganismos: hongos Candida, clamidia, virus del herpes, etc.
Los organismos patológicos pueden ingresar al sistema urinario de varias maneras. Existen las siguientes formas de penetración:
- Ascendente. Ocurre con mayor frecuencia, la microflora patógena ingresa a la vejiga a través de la uretra.
- descendiendoEn este caso, los microorganismos penetran desde los riñones (por ejemplo, en presencia de pielonefritis).
- linfogénico. Asociado con el flujo linfático, a través del cual los organismos ingresan a la vejiga desde otros órganos de la pelvis pequeña, en presencia de inflamación en ellos.
- hematógeno. La infección se produce a partir de focos inflamatorios distantes debido al flujo sanguíneo.
Hay varias razones por las que la cistitis es más común en mujeres que en hombres. Estos incluyen lo siguiente:
- La estructura especial del sistema reproductivo, que contribuye a la propagación de bacterias e infecciones en el sistema urinario.
- Una uretra corta, que se encuentra cerca del ano (un lugar donde se acumulan diversas bacterias).
- Fluctuaciones hormonales frecuentes, que pueden debilitar la inmunidad del cuerpo.
Factores de riesgo
Hay factores que aumentan el riesgo de desarrollar inflamación de la vejiga. Éstos incluyen:
- Hipotermia de los órganos pélvicos.
- Disminución de la inmunidad.
- Exceso de trabajo constante, estrés frecuente.
- Violación de las reglas de higiene íntima.
- Tendencia al estreñimiento.
- Abuso de comidas especiadas y especiadas.
- Estancamiento en los órganos pélvicos.
- Patologías crónicas del aparato genitourinario.
- Abuso de alcohol.
- Patologías congénitas de los órganos urinarios.
Otro factor para el desarrollo de dicha infección es el embarazo. Según las estadísticas, cada décima niña embarazada experimenta síntomas de inflamación de la vejiga. Esta condición conduce a una disminución de la inmunidad general, un cambio en los niveles hormonales, un aumento en el tamaño del útero y un deterioro en el suministro de sangre a la vejiga.
Además, la enfermedad a menudo se diagnostica en pacientes en la menopausia. A partir de los 50 o 55 años, los niveles de estrógeno descienden, lo que a menudo conduce a un debilitamiento del revestimiento de la vejiga.
En muchas pacientes, la cistitis aguda o crónica se manifiesta durante la menstruación. Esto se debe a que las bacterias ingresan a la uretra junto con la sangre menstrual. Los siguientes factores pueden provocar tal condición durante la menstruación:
- Zorzal u otras patologías infecciosas.
- Procesos inflamatorios en los órganos pélvicos.
- Disminución de la inmunidad general.
- Infecciones de transmisión sexual.
- Reacción alérgica a las toallas higiénicas o tampones.
- Incumplimiento de las normas de higiene.
caracteristicas del tratamiento
El diagnóstico de "cistitis" se realiza sobre la base de las quejas del paciente y un examen por parte de un urólogo o ginecólogo, y también son obligatorias algunas pruebas y exámenes instrumentales.
El médico prescribe a la mujer:
- análisis general de orina;
- análisis de sangre clínico;
- cultivo de orina, examen bacteriológico (si se sospecha de cistitis complicada).
Con un curso recurrente de la enfermedad, se puede prescribir un frotis y siembra de flujo vaginal, un análisis de anticuerpos contra el virus del herpes, raspados de la uretra y el canal cervical. Estos procedimientos ayudan a identificar los factores que provocan las recaídas.
Las técnicas instrumentales también son importantes en el diagnóstico de la patología. Entre ellos:
- Ultrasonido de los órganos pélvicos y la vejiga.
- Resonancia magnética del sistema genitourinario.
- Cistoscopia con biopsia (con curso complicado o recurrente).
Dichos procedimientos de diagnóstico le permiten determinar la presencia de patología y las causas de su aparición. Según los datos obtenidos, un especialista puede elaborar un régimen de tratamiento para la cistitis. La terapia se basa en un enfoque integrado, que tiene como objetivo lograr los siguientes objetivos:
- Realización de terapia antibacteriana y sintomática, eliminación de síntomas existentes.
- Prevención de posibles complicaciones.
- Prevención de la recurrencia de la patología.
La terapia antibacteriana y sintomática incluye tomar varios medicamentos. Estos pueden ser analgésicos, antibacterianos, antiinflamatorios, antiespasmódicos, etc. La finalidad de su administración es aliviar los síntomas y eliminar el proceso inflamatorio existente. Además, el médico puede prescribir inmunomoduladores o complejos multivitamínicos. Si la cistitis es recurrente, a menudo se usan preparaciones a base de bacteriófagos.
Además, es posible prescribir varios métodos fisioterapéuticos. Entre ellos:
- Electroforesis. Ayuda a aliviar la inflamación y reduce los calambres.
- Magnetoterapia. Elimina bacterias y virus en el órgano inflamado.
- Inductoterapia. Contribuye a la normalización del flujo sanguíneo, normaliza el sistema urinario.
Además, se recomienda al paciente seguir varias reglas:
- Excluya de la dieta los alimentos picantes, picantes y salados, las bebidas carbonatadas, el café, el alcohol y los dulces.
- Rechazar las relaciones sexuales durante el período de tratamiento.
- Beber suficiente agua (también se recomiendan bebidas de frutas ácidas y honorarios urológicos).
- Rechazar la actividad física (incluyendo nadar en la piscina y estanques).
¡Importante!Los métodos de la medicina tradicional no tienen eficacia comprobada, por lo tanto, solo pueden usarse en combinación con medicamentos. No puede usar remedios caseros por su cuenta, ¡asegúrese de consultar a su médico!
El tratamiento se realiza de forma ambulatoria, con algunas excepciones. A veces se requiere la hospitalización del paciente, las indicaciones para esto pueden ser:
- Curso severo de la enfermedad.
- La presencia de enfermedades concomitantes graves (por ejemplo, diabetes mellitus).
- La aparición de complicaciones.
- Insuficiencia cardiaca descompensada.
- Ineficacia de la terapia antibiótica en curso.
Síntomas y tratamiento de la cistitis aguda.
La forma aguda se desarrolla rápidamente en el contexto de la salud relativa del paciente. El síntoma principal es la micción frecuente. También para la cistitis aguda en mujeres, son característicos síntomas como dolor intenso, ardor al orinar, síntomas de intoxicación y fiebre.
Hay un rápido aumento de los síntomas y un aumento en el número de micciones durante el primer día. Los intervalos entre micción se pueden reducir a 5-15 minutos. Al mismo tiempo, los impulsos ocurren tanto durante el día como durante la noche.
La condición puede estar acompañada por la aparición de sangre en la orina y secreción purulenta. La forma aguda de la patología dura en promedio hasta 7-10 días, sin la falta de un tratamiento adecuado, la enfermedad se vuelve crónica con fases de exacerbación.
Síntomas y tratamiento de la cistitis crónica.
Esta etapa se desarrolla como resultado de un tratamiento incorrecto y/o inoportuno del proceso inflamatorio. A menudo, la patología es el resultado de la automedicación y la medicación no controlada.
Además, la forma crónica puede ser el resultado de otras enfermedades del sistema genitourinario. La cistitis a menudo se diagnostica en pacientes con pielonefritis, vulvovaginitis y diversas infecciones de los sistemas reproductivo y urinario.
El peligro de la cistitis crónica es que ocurre sin síntomas pronunciados. Una mujer puede experimentar exacerbaciones seguidas de remisión, durante las cuales no hay problemas para orinar. Sin embargo, durante las exacerbaciones, aparecen síntomas similares a la forma aguda. Hay micción frecuente con dolor y dolor, a menudo aparece sangre o secreción purulenta en la orina.
En el tratamiento de la cistitis crónica, es importante eliminar los factores que constantemente provocan recaídas. Por ejemplo, durante la menopausia y en presencia de trastornos hormonales, se prescribe terapia de reemplazo hormonal. En algunos casos, se puede requerir cirugía para corregir defectos congénitos en el sistema urinario.
Posibles complicaciones
La clave para el tratamiento exitoso de la cistitis es una visita oportuna al médico. Como regla general, en tales casos, la terapia no dura más de 10 a 12 días. Sin embargo, en ausencia de atención médica y el incumplimiento de las recomendaciones del médico, el paciente puede experimentar una forma crónica de la enfermedad. En este caso, no se excluyen complicaciones, que incluyen:
- pielonefritis;
- paracistitis;
- absceso;
- incontinencia urinaria;
- violación de la función reproductiva del cuerpo.
Se recomienda terapia preventiva para pacientes con cistitis recurrente frecuente (más de 3 exacerbaciones por año) para prevenir posibles complicaciones. Implica tomar pequeñas dosis de antibióticos, pero dicho tratamiento se lleva a cabo solo según las indicaciones de un médico.
La prevención de enfermedades
En la mayoría de los casos, las medidas preventivas simples ayudan a evitar el desarrollo de cistitis. Incluyendo, es necesario:
- Higiene adecuada de los órganos genitales externos.
- Observar la higiene durante la actividad sexual.
- Beba suficiente agua limpia todos los días.
- Elimine cualquier factor provocador (estrés, hipotermia, una gran cantidad de alimentos picantes y picantes).
- Busque atención médica de manera oportuna y no trate enfermedades de los órganos pélvicos por su cuenta.
También es importante recordar que durante la cistitis está prohibido visitar un baño / sauna o sobrecalentar el cuerpo de alguna manera (incluido el uso de almohadillas térmicas en la parte inferior del abdomen). En presencia de una forma bacteriana de la enfermedad, se puede provocar la reproducción de microflora patógena. Y esto aumenta el riesgo de desarrollar un absceso. Si la enfermedad es de una naturaleza diferente, calentar los tejidos acelerará la microcirculación sanguínea. Esto puede hacer que la sangre ingrese a la orina y aumente el dolor.
En la prevención de la cistitis, es importante el vaciado regular de la vejiga y los intestinos. Además, se recomienda a una mujer que lleve un estilo de vida activo, incluya actividad física en la rutina diaria. Esto eliminará la congestión en los órganos pélvicos y normalizará el proceso de micción.
La cistitis es una enfermedad extremadamente desagradable, ya que tiene un curso rápido y puede afectar la calidad de vida. Sin embargo, el enfoque correcto y racional del tratamiento le permite eliminar rápidamente todos los síntomas de la enfermedad y evitar diversas complicaciones. Lo más importante en este caso es no automedicarse y no retrasar el contacto con un médico.
¡Importante!
La información de este artículo no debe utilizarse para el autodiagnóstico o el autotratamiento. Para el correcto diagnóstico y tratamiento, siempre debe consultar a un médico.